miércoles, 26 de marzo de 2014

Cómo cuidar tus pies

Nuestros pies absorben más impactos durante la carrera que cualquier parte del cuerpo. Nuestros pies nos impulsan. Nuestros pies tienen el poder absoluto de hacer que disfrutemos una carrera o las pasemos canutas. Nuestros pies nos duelen, les salen ampollas, sudan, se agrietan, se pelan, nos pican y huelen. Nuestros pies son esenciales para correr.




Entonces, ¿porque solo algunos corredores hacen algo por cuidar los pies?. Estiramos la banda iliotibial, estiramos nuestras abdominales, y entrenamos nuestros músculos, pero raramente prestamos atención a los pies.

Algo especialmente equivocado cuando consideramos que, después de las rodillas, los pies son las partes más frecuentemente lesionadas.
Además, las anomalías en los pies pueden provocar daños y lesiones en las espinillas, rodillas, caderas y la parte baja de la espalda, lo que nos deja expuestos a las lesiones.
Tienes que empezar a comprender la importancia de tus pies. Vamos a ello.


El ajuste perfecto.

Una selección apropiada de zapatillas de running es vital para la salud de tus pies, sobre todo que  ajusten bien. Zapatillas demasiado pequeñas pueden causar “uñas negras”. Zapatillas demasiado estrechas en la puntera pueden causar pinzamiento del nervio, juanetes o callos. Zapatillas demasiado anchas provocan que el pie se deslice en su interior, provocando ampollas, etcétera.
Desafortunadamente, la mayoría de tiendas solo disponen de las tallas más populares. Si tienes un pie muy grande, pequeño o estrecho, tu elección de modelo de zapatillas se limita mucho. Algunas marcas ofrecen modelos en tallas especiales. Para casos especiales como aparatos ortopédicos o corredores con arco de pie muy alto, lo mejor es acudir a una tienda especializada.
Incluso si consigues el ajuste perfecto, las zapatillas encojen con el tiempo, sobre todo si se humedecen a menudo (por el sudor o la lluvia). Y mientras encogen, tus pies se hacen más grandes y anchos. Por lo que antes de comprar unas zapatillas mídete los pies.


Alarga la vida de tus pies.

Una vez que has comprado zapatillas con el ajuste correcto, necesitas cuidarlas y reemplazarlas cuando estén desgastadas. La vida media de la mayoría de zapatillas es de unos 600 – 900 km, pero si eres un corredor pesado o muy alto, puedes necesitar zapatillas nuevas más a menudo. Los materiales de las zapatillas de running se deterioran bastante rápido, después de 200 kilómetros, una zapatilla pierde parte de la amortiguación.
Después de una carrera con lluvia, muchos corredores dejan las zapatillas cerca de una estufa o bajo el sol para que se sequen. Mala elección. Con el tiempo esto causa que las zapatillas encojan. No deberías tampoco dejarlas en el fondo de un garaje frío o en el balcón a la intemperie. Las bajas temperaturas hacen que la suela se endurezca y absorba peor los impactos. Lo mejor es guardar las zapatillas en casa, en un zapatero por ejemplo, o en el suelo mismo, lejos de las fuentes de calor y sacando antes las plantillas.
Un consejo: si corres todos los días, deberías tener más de un par de zapatillas, para que siempre tengas un par seco. Presta atención al estado de tus zapatillas, especialmente la media suela, y el upper. Si la media suela esta comprimida, demasiado frágil o está demasiado dura, probablemente se haya desgastado. Si esto ocurre, no uses las zapatillas para correr. Para hacer tareas en casa o en el jardín pueden servir, pero no para correr.


Examina tus zapatos de diario.

El ajuste es importante tanto en tus zapatos de diario como en tus zapatillas para correr. Generalmente, un zapato que puedes atar con cordones, ajustará mejor que uno que no puedas, como las bailarinas o alpargatas. Cuando elijas zapatos de vestir, ponte los calcetines que normalmente usarás con ellos. Lo mismo para las zapatillas de correr.
Además, los zapatos con suela de goma ofrecen mayor amortiguación que los de suela dura. Y un podólogo te diría que los zapatos de tacón deberían estar prohibidos. Aparte de que aprietan tus pies, el impacto al andar es unas seis veces mayor que en unos zapatos sin tacón.
Utiliza diferentes calcetines.
Unos calcetines mal ajustados son la principal causa de las ampollas. Los calcetines húmedos o calcetines de algodón también pueden causar ampollas. Los mejores son los acrílicos. Por suerte, los calcetines son relativamente baratos, por lo que puedes probar con varios tipos hasta dar con el que mejor te va. Cuando encuentres los que mejor se adaptan a tus pies, compra varios pares.


Suaviza tu piel.

Algunos corredores, sobre todo los que tienen tendencia a pies secos, pueden sufrir dolorosas grietas en los pies. La solución es usar crema hidratante para pies todos los días. Frota la crema en tus pies hasta que estén suaves y lisos. El mejor momento para hidratar tus pies es justo después de ducharte, ya que retendrás algo del agua de la ducha.
Para los especialmente propensos a tener ampollas, puedes usar crema hasta por fuera del calcetín, con la finalidad de reducir la fricción que las provoca. Puedes usar vaselina.


Mantén tus pies secos.

Algunos sufrimos de pies secos, otros de pies húmedos, otros sudan en exceso, algunos tienen pie de atleta y otros tendrán hongos. Mantener tus pies secos no es fácil.
Para esto, unos calcetines que absorban bien y sean transpirables son la opción perfecta. Pero en temporadas de lluvias también tendrás problemas de humedad, por lo que unas zapatillas impermeables de trail pueden ser una opción muy buena. Siempre asegúrate de que están secas y nunca uses calcetines húmedos.
Lucha contra los hongos.
La infección de hongos causa desescamación, picor y ampollas. Hace bastante daño. El pie de atleta y otras infecciones de hongos se producen en zonas húmedas y oscuras, por lo que deberías mantener tus pies limpios y secos para prevenirlos. Otras medidas preventivas son cambiar de calcetines a menudo, usar antitranspirantes y usar siempre chanclas en las duchas del gimnasio.
Para tratar el pie de atleta se usan antifúngicos varias veces al día durante dos o tres semanas. Debes mantener el tratamiento aunque el hongo no sea visible, ya que si persiste, puede hacerse inmune al antifúngico.


Enfría los pies.

Si tus pies se hinchan o se calientan demasiado cuando corres, puedes aplicar hielo o agua fría inmediatamente después de correr.
También puedes acostarte con los pies en alto y una toalla con hielo sobre ellos, no más de 15 minutos, ya que se te pueden congelar.


Encuentra el problema.

Un masaje a la semana hará maravillas para tus pies, y será más eficaz si le comentas a tu fisioterapeuta dónde te duele más. También puedes buscar información de como realizarte auto-masajes. Un buen consejo es usar un rodillo de madera para pies para estimular los músculos del pie.
La reflexología es un paso más en el masaje de pies. Sus practicantes creen que los pies son el reflejo de tu cuerpo. Creen que las zonas del pie corresponden a órganos en particular, glándulas y partes del cuerpo, por lo que trabajando en estas zonas pueden ayudar a su vez a otra zona del cuerpo. A pesar de que no creas en estas cosas, los reflexólogos hacen masajes de pies muy buenos.


Controlando los daños.
Si no haces caso de una lesión en tus pies, ya sean ampollas o lo que sea, repercutirá en algo más grave con el tiempo. Las ampollas puedes dejar que desaparezcan por sí solas, si no es así, puedes pincharlas con una aguja desinfectada y extraer el líquido del interior. Después puedes aplicar vaselina y cubrir con un vendaje. Si tienes ampollas a menudo, puede que tengas que cambiar de zapatillas o acudir a un podólogo.


Entrena tus pies.

Los pies necesitan que se los entrene como otras partes del cuerpo. Unos pies débiles pueden ser la causa de frecuentes lesiones.
La mejor forma de ejercitar tu pie es descalzarte en cuanto puedas y andar descalzo. Además, dos o tres veces a la semana puedes hacer estos ejercicios:
1. De pie, con las plantas de los pies en el suelo, levanta los dedos unas 20 veces.
2. En un escalón, con los dedos de los pies en el peldaño, baja los talones unas 20 veces.
3. Intenta coger cosas con los dedos de los pies, por ejemplo un lápiz.
4. Traza en el suelo, como si dibujaras, las letras del alfabeto con el dedo gordo del pie.

jueves, 13 de marzo de 2014

Superar la fatiga cerebral.

¿Por qué necesitas alimentar a tu cerebro, tanto como a tus músculos?.

Sentirse agotado al final de una dura carrera es perfectamente normal. De hecho, es inevitable. Después de todo, no somos máquinas, y la fatiga es la forma que tiene el cuerpo de decir que ya es suficiente por hoy. Pero si la fatiga te ha estado fastidiando últimamente, tal vez haya algo más que el simple agotamiento físico. Podría ser que estuvieras experimentando "fatiga cerebral", y ciertos alimentos pueden ayudar a contrarrestarla.
Los investigadores se han preguntado durante mucho tiempo el origen de la fatiga, y se han puesto de acuerdo en que existen varios factores que contribuyen a la misma, incluyendo el uso excesivo de grupos musculares específicos a través de contracciones repetidas, y la acumulación de ácido láctico. Estos son lo que los fisiólogos del ejercicio llaman la fatiga periférica. Es decir, se origina en los propios músculos.

Sin embargo, las investigaciones recientes muestran que la fatiga del ejercicio también es causada por mecanismos cerebrales. En concreto, los científicos están estudiando neurotransmisores (sustancias químicas del cerebro responsables de, entre otras cosas, el estado de ánimo y el estado de vigilia). De acuerdo con la "teoría del cerebro", los niveles del neurotransmisor serotonina aumentan durante el ejercicio y puede causar fatiga. Investigaciones adicionales indican que el consumo de ciertos alimentos puede inhibir este mecanismo. Pero primero, demos un vistazo más de cerca a la fatiga cerebral.

Todo está en tu cabeza




La teoría del cerebro, o "hipótesis de la fatiga central" del agotamiento durante el ejercicio, fue desarrollada por el bioquímico de la Universidad de Oxford, doctor Eric Newsholme. Dice así: “Cuando se ejecuta durante mucho tiempo, usted drena los músculos de glucógeno, que es la forma que tienen los carbohidratos de almacenarse en el tejido muscular. Cuando las reservas de glucógeno se agotan, los ácidos grasos (liberados por las células grasas, o lipídicas) se convierten en una fuente de energía primaria”.

Ahora la cosa se complica. Los ácidos grasos requieren un soporte especial para transportarse a través del torrente sanguíneo. El problema es que hay otra sustancia que tiene ese mismo fin. Esta sustancia se llama triptófano, un aminoácido que el cerebro convierte a serotonina. Lo que ocurre es que durante el ejercicio de resistencia, un número creciente de ácidos grasos echan el triptófano fuera de su portador. El triptófano libre en flotación entra en el cerebro (tiene una "preferencia" bioquímica para hacer esto), donde se convierte en serotonina. ¿El resultado? Los niveles de serotonina aumentan, y te sientes fatigado.

Este ácido graso no es el único mecanismo responsable de la fatiga cerebral. Hay una segunda interacción bioquímica que causa la fatiga. Se trata de unas sustancias llamadas aminoácidos ramificados (BCAA), que compiten con el triptófano para entrar en el cerebro.

Durante un largo período de ejercicio como una maratón, los músculos consumen BCAA como combustible. Esto reduce la cantidad de BCAA en circulación, lo que significa que más triptófano puede entrar en el cerebro, ya que no tiene que competir con tanta cantidad de BCAA. El resultado: se produce más serotonina, y aumenta la fatiga. Teóricamente, si se pueden mantener niveles más altos de BCAA en la sangre durante el ejercicio, más BCAA y menos triptófano se meterán en el cerebro, lo que ayudaría a combatir la fatiga.

Alimento para tu cerebro.

La clave para combatir la fatiga cerebral es evitar que el triptófano se meta en el cerebro. Ciertos alimentos pueden ayudar a lograr esto, en particular los hidratos de carbono.
Cuando ingieres carbohidratos justo antes o durante el ejercicio, al igual que con una bebida isotónica, los músculos consumen los carbohidratos como combustible, y se envía una señal a las células grasas para frenar la liberación de ácidos grasos libres. Cuando se ralentiza la liberación de ácidos grasos, disminuye la cantidad de triptófano que va al cerebro.

Para examinar esta conexión carbohidratos-cerebro, el doctor en fisiología Mark Davis, de la Universidad de Carolina del Sur, realizó pruebas con ciclistas deportivos. Se pidió a dos grupos de ciclistas que pedalearan en una bicicleta estática a dos tercios de su máximo de esfuerzo hasta el agotamiento. Entre pedaleadas, bebían un vaso de líquido cada 30 minutos. El primer grupo tomó una bebida placebo que no contenía hidratos de carbono, mientras que el segundo grupo bebió una bebida deportiva con carbohidratos.

Los ciclistas que bebieron el placebo dejaron de pedalear después de unas 3 horas. Los que bebieron carbohidratos duraron un total de 45 minutos más. Además, los investigadores descubrieron que los niveles de ácidos grasos libres y triptófano subieron más de un 500 por ciento de lo normal en el grupo de placebo y fueron más altos en el momento de agotamiento. Los que tomaron carbohidratos tenían niveles mucho más bajos de ambos.

"Las bebidas de carbohidratos claro que estimularon el rendimiento en estos ciclistas", dijo el doctor Davis. "Nuestros resultados muestran que los hidratos de carbono también juegan un papel en el retraso de la fatiga a través de los mecanismos centrales". En otras palabras, los hidratos de carbono consiguen frenar la fatiga al mantener bajos los niveles de ácidos grasos y triptófano.

Los aminoácidos ramificados.

¿Y qué decir de los aminoácidos de cadena ramificada?. ¿Podemos tomar una dosis de BCAA durante el ejercicio, de modo que menos triptófano llegará al cerebro para producir serotonina?. La teoría suena bien, pero los estudios no han sido concluyentes. Según Davis, la cantidad de BCAA necesaria para disminuir la cantidad de triptófano que entra en el cerebro se tolera mal y tal vez es incluso peligroso. Las bebidas con BCAA tienen mal sabor, y encima reducen la absorción de líquidos, lo que aumenta el riesgo de deshidratación. Fuertes dosis incluso podrían provocar niveles tóxicos de amoníaco en el cuerpo.
Sin embargo, las bebidas deportivas que contienen BCAA ya están a la venta. Mientras que los testimonios de los corredores de fondo sugieren que estas bebidas evitan la fatiga, la cantidad de BCAA en estos productos (menos de 1 gramo por porción) es pequeña y tendría un efecto insignificante. Hasta que aprendamos más sobre los BCAA y la fatiga, se debe evitar tomar suplementos que contengan estos aminoácidos a causa de sus efectos secundarios potencialmente dañinos.

Placeres cerebrales.

Para ayudar a combatir la fatiga del cerebro, aquí hay algunos consejos para antes y durante tus entrenamientos y carreras:

- Alrededor de 2 a 3 horas antes, comer alimentos ricos en carbohidratos, como cereales, pan, panecillos bajos en grasa o fruta. Los hidratos de carbono se liberarán en el torrente sanguíneo durante la carrera. Sirven como combustible para el ejercicio de los músculos y ayudan a evitar la fatiga cerebral.

- Evita el ayuno. Saltarse las comidas poco antes de un entrenamiento o carrera no sólo puede hacer que te corte el combustible, pero puede conducir a la fatiga cerebral. Lo que pasa es que las reservas de glucógeno se agotan, por lo que el cuerpo compensa aumentando la circulación de los ácidos grasos como combustible. Como los niveles de ácidos grasos aumentan, también lo hace el nivel de triptófano, y bueno, ya sabes lo que pasa.

- Mantente lejos de alimentos ricos en grasa antes de tus entrenamientos. Donuts, carnes grasas o productos lácteos altos en grasa pueden provocar fatiga temprana mediante el aumento de los niveles de ácidos grasos.

- Durante un largo período de tiempo, comer alimentos que tengan un alto índice glucémico (IG). El IG es una medida de lo rápido que procesa un alimento los hidratos de carbono, liberando azúcar en el torrente sanguíneo. Los alimentos de alto índice glucémico son exactamente lo que necesitas para alimentar los músculos y mantener los niveles de ácidos grasos. Buenas opciones de alto índice glucémico son las bebidas isotónicas, las pasas, el pan, las patatas y galletas con miel.

- Asegúrate de haber descansado bien. La fatiga temprana durante los entrenamientos o carreras puede ser simplemente una señal de que no estás descansando y recuperándote adecuadamente. Si haces muchos kilómetros a diario, asegúrate de dormir lo suficiente. Además, programa un día libre o de entrenamiento cruzado una vez a la semana o más para dar a sus músculos, y a tu cerebro, un buen descanso después de un duro entrenamiento.

miércoles, 12 de marzo de 2014

5 Claves para mejorar en carrera



Hay muchas maneras de conseguir ser más rápido,  ¿pero son las que mejor se adaptan a ti?. Si tratas de realizar entrenamientos cubriendo todos los aspectos teóricos (el enfoque disperso del entrenamiento), vas a terminar sobre-entrenándote.

Después está el enfoque unidireccional. Ya sabes: "Este año, ni una montaña más" o " tengo que entrenar más en pista". Buenas opciones, pero por sí solas pueden no tener mucho efecto. Lo que necesitas es un enfoque más integral que se centre en un número lógico de entrenamientos variados. He elegido 5, después de revisar muchos métodos de entrenamiento. Mejorar en estas áreas, y su funcionamiento seguro que te hará mejorar en general.

Máximo VO2. El Máx. VO2 es simplemente volumen máximo de oxígeno. El Máx. VO2 aumenta a medida que tu corazón se hace más fuerte, y a medida que tus músculos de las piernas mejoran su capacidad de procesar el oxígeno de la sangre. El aumento de tu VO2 máx te permite correr más rápido y durante más tiempo al mismo nivel de esfuerzo. ¿Cuál es la mejor manera de aumentar el VO2 máx?. Realiza intervalos de 1200 metros a tu ritmo actual de 5 -K (tus trotes de recuperación deben durar el mismo tiempo que los intervalos de trabajo). Otra buena táctica: realizar un entrenamiento 10 -K, alternando subidas de ritmo de carrera de 5 -K y 10 -K  durante unos 3 minutos, con 1 a 2 minutos de trote fácil. Hacer un entrenamiento de maximización de VO2 cada dos semanas más o menos.

Fuerza. Nada te frena más que una lesión. Si no se puede realizar, no se puede mejorar. Afortunadamente, las investigaciones muestran que los corredores que realizan entrenamientos de fuerza regularmente se lesionan con menos frecuencia que los que no lo hacen. Además, cuanto más fuerte de la cintura hacia abajo seas, serás un corredor más duro y más rápido. Dos veces a la semana, fortalecer los músculos, tejidos conectivos y los ligamentos de las piernas haciendo sentadillas, press de piernas, flexiones de piernas, levantamiento de talones , levantamiento de pies y steps. Mejora la fuerza del pie haciendo caminatas descalzo sobre una superficie llana cubierta de hierba una vez a la semana.

Economía de carrera. Mejorar la economía significa que necesitarás menos oxígeno para mantener un ritmo determinado. Para lograr esto, debes hacer trabajo de fuerza, por ejemplo. Además, es necesario para ejecutar entrenamientos a ritmos más rápidos de carrera. Por ejemplo, los corredores de 5 K deben hacer intervalos de 800 metros a 10 segundos más rápido que el ritmo de carrera de 5 K, con recuperaciones de 6 minutos. Asegúrate que estás muy relajado durante estos entrenamientos, ya que los músculos se contraen con más fuerza si se les realiza una sesión de estiramientos adecuada. Concéntrate en un movimiento fluido y suave. Al igual que con los otros entrenamientos de máx. VO2 , realiza una de estas sesiones de economía de carrera cada dos semanas.

Poder. La energía y el impulso no son sólo para los corredores de 100 m. Es importante también para los corredores de largas distancias. Una potencia mejorada se traduce en una pisada más rápida (es decir, menos tiempo en el suelo) y pasos más largos. Reducir el tiempo de pisada por dos centésimas de segundo, y aumentar la longitud del paso por solo un centímetro reducirá en 15 minutos el tiempo de carrera de un corredor de maratón medio. La mejor manera de aumentar tu poder es con entrenamientos en montaña una vez a la semana. En tus días de trail, combina momentos de alta velocidad en pendientes empinadas con carrera continua en las pendientes menos pronunciadas. Considera agregar algunos ejercicios pliométricos también.

Velocidad umbral del lactato (LTV). LTV es la velocidad de entrenamiento más allá de la cual el lactato empieza a acumularse en la sangre. Lo importante a recordar es que a medida que aumenta LTV, tus tiempos de carrera van a mejorar. Un entrenamiento de LTV (una vez cada dos semanas): ejecutar intervalos de 10 minutos a tu ritmo actual de 10 -K, con recuperaciones de 5 minutos. Si eres un nuevo corredor, hacer dos de estas repeticiones por sesión. Los corredores más experimentados deben intentar hacer de tres a cuatro.